Puedo decirles sin temor a equivocarme que ciertamente luché con todas mis fuerzas para que este blog no cayera (como tantas otras cosas) bajo la indigencia de mi rusticidad mental y sus vaivenes. Luché pero no me salió. Igual un poco me alegra porque eso justifica el nombre del blog. Así que estamos bien.
En fin, recuperando mi amor gastronómico por zafarla incesantemente, rescaté estos bebes de la heladera antes de que se echaran a perder. Típico mío, los compré porque estaban en oferta y no me pude resistir.
No es que piense que las berenjenas y los zuccinis sean aburridos, más bien todo lo contrario, pero convengamos que necesitan su alimento remolcador para levantar sabores. Esta es una forma super fácil y rica de comerlos.
Yo usé 1 berenjena y 1 zuccini para 1 persona (mi misma), salsa de tomate de frasco, queso sardo rallado en cantidades abundantes, cebollita de verdeo, sal y pimienta.
Corté los vegetales en rodajas, los llevé a la plancha con un poquito de aceite hasta que estuvieron dorados. Los dí vuelta, meta salsa (con ajo queda mejor, mucho), queso y más queso. Cuando el queso se derritió, agregué cebollita de verdeo y listo. Una comida interesante para días de calor, liviana y hermosita.
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