Estoy muy feliz. Descubrí a fuerza de fiaca y necesidad a usar los tomates secos. Ya se que no es ninguna proeza, pero yo me conformo con poco. Resulta que hace unos meses anduve de viaje por Salta y me compre un montón de ingredientes que no sabía como usar, ni en qué usarlos. En el caso de estos tomatitos, quedaron colgados en la alacena hasta el domingo pasado. Con ayuda de mi amigo Google que me dio un par de ideas, los apliqué en esta pasta con resultados más que buenos. Es una salsita que se hace volando, por lo cual es una buena recomendación para cuando no hay mucho tiempo.
Solamente vas a necesitar 1 o 2 dientes de ajo, 1 cebolla grande, 250 ml de crema de leche, tomates secos, sal, pimienta y aceite. Y la pasta, claramente.
Para la salsa: Para empezar hidratamos los tomates, en agua caliente durante 20 minutos. Hidraten solo los que vayan a usar. Cuando ya están hidratados, seguimos con lo demás. Picamos ajo y cebolla, los salteamos en una sarten con aceite. Añadimos los tomates previamente escurridos y cortados a gusto. Cuando todo está cocido, añadimos la crema, salpimentamos y listo.
Una sugerencia para la pasta: Si pueden, consigan pasta seca tipo casera, como las Don Vicente y ese estilo. Son mucho más livianas que las otras, y se los dice la mujer que debe haber comido más pasta en su vida que toda Italia.
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