A veces me pasa que tengo ganas de comer algo bien rico pero las ganas requeridas para elaborarlo no se corresponden con las que tengo. Entonces hay que improvisar. Eso si, para improvisar hay que tener algo en casa. Uno puede ponerle onda a la vida pero con la alacena completamente vacía no hacemos nada. Así que recomiendo una vez cada tanto darse una vuelta por la casa naturista de tu barrio y comprar cosas que probablemente no sepas ni siquiera en que elaboración vas a usar, pero que cuando estas corto de ganas y tiempo, hacen la diferencia. Por ejemplo: semillitas de cosas que ni se que son, nueces, frutas confitadas, maní picado, etc. Y de esa maravillosa combinación de cosas que ni sabes porqué compraste puede salir algo hermoso.
Es el caso de este bizcochuelo de chocolate de paquete simple y austero. Pero tiene su correspondiente toque neurótico con una linda cantidad de nueces y maní picado que le dan un crocor propio de la cocina del Olimpo (no del club, el otro Olimpo, el de los dioses griegos). Después de seguir las instrucciones del paquete le metemos cantidades importantes de esas cositas y antes de llevar al horno agregamos azúcar por arriba y ponemos unas nueces para hacernos los chetos y quedar re gourmet. Total nadie tiene porqué saber la verdad ;)
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