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Mostrando las entradas de febrero, 2017

Pechugas marinadas a la plancha

Tengo que admitir que esto de las marinadas me está gustando. Pero vamos de nuevo con la definición de marinar: El  marinado  es una técnica de cocina mediante la cual se pone un alimento en remojo de un líquido aromático durante un tiempo determinado, con el objeto de que tras este tiempo sea más tierno o que llegue a estar más aromatizado. ( http://lexicoon.org/es/marinar) En definitiva, es una manera diferente de saborizar los platos. Y el sabor de la marinada por Zeus que sí se nota y hace una diferencia muy grande. No es lo mismo que simplemente condimentar.  Los invito con todas las ganas a probar estas pechuguillas marinadas, muy fáciles por cierto, ya que son una manera diferente de comer el pollo nuestro de cada día (al menos hasta que baje el precio de la carne). Ingredientes : 1 pechuga de pollo (pedile al pollero que te la corte tipo bifecito) jengibre rallado (en polvo también sirve) 2 dientes de ajo salsa de soja pimienta en grano most

Budín de banana y chips de chocolate

Este budín es una bomba atómica de felicidad. La receta es mía (OMG!) y salió super delicioso. Deberían saber que si una receta no funciona, no la subo. Así que si estoy publicando esto es porque pasó con honores todas las instancias de certificación ISO, IRAM, etc. Lleva muy pocos ingredientes y requiere 15 minutos de preparación más 60 minutos de horneado aproximadamente. Ingredientes: 2 bananas pisadas 1 banana en rodajas 1 taza de azúcar 75 gr. manteca 1 taza harina leudante 2 puñados de chips de chocolate 2 huevos 1 cdita de canela Preparación: 1) Mezclar la manteca a punto pomada (blandita, sacada hace un rato de la heladera) con el azúcar hasta que quede bien integrado. 2) Añadir los huevos y mezclar. Incorporar las bananas pisadas y la cucharadita de canela. Si tenes esencia de vainilla, metele.  3) Agregar la harina leudante hasta que la masa se vea homogénea y todo este bien integrado. 4) Incorporar media banana cortada en rodajitas y los chips de ch

Por qué la cocina me salvó de ser una amargada

Hace tiempo que vengo pensando en esto. En armar una maraña de palabras para condensar el sentido de mi oh! amada La Cocina Neurótica. Después de diez meses, como buena neurótica vuelteando la vida, me decidí. Empece este blog en un momento en el que lo único que me quitaba el sueño era el dinero y el trabajo. No se trataba de un síndrome del Tío Rico, ni ninguna avaricia semejante. Eran de esos días (semanas/meses) en los que tenes que sacarle el jugo al contador que vive en ti para que todo salga bien y no te corten la luz, ni el monotributo y no te desalojen y poder vivir. O sea, lo de siempre pero un poco más. Y la cocina era ese lugar donde se juntaba toda la frustración entre la expectativa de mi aparato digestivo y la realidad. Porque no me podía delirar comprando todas las gorduras que querría, entonces aparecía el desgano y terminaba comiendo arroz. Una y otra vez.  En esas quejas cotidianas andaba cuando me espanté de verme tan instalada en ese lugar, renegando de