La caprichosa RAE, como todo nuestro caprichoso vocabulario, dice que comer es "masticar y deglutir un alimento sólido". Me resulta tan pobre esa definición para un acto cotidiano y tremendamente vital que nos encuentra solos y con otros... Será porque desde que tengo uso de razón no puedo evitar ponerle un un plus de amor al proceso alimenticio. Comemos porque debemos. Algunos comen lo que pueden, otros los que quieren y el resto miti y miti. Me es imposible en este mar de ignorancia aproximar qué porcentaje le corresponde a cada cual. Pero lo que es cierto es que solos o con otros, hay un plus de amor que algunos ponemos al acto alimenticio y no solo por gordos nos dan ganas locas de comernos la vida. Se que robaba carne cruda de la mesada y la comía como lo haría ahora con un alfajor Fantoche. Y la cebolla sufría el mismo destino a manos de una infante voraz. También los fósforos (hablamos del capricho ya?). Nada me explica por qué disfrutaba lo que disfrutaba e
Poniéndole onda al menú del estudiante y trabajador, a la vida misma, etc.